Difícilmente se podía convencer a una empresa de las bondades de invertir en I+D+i cuando podía obtener una alta rentabilidad en muy corto plazo con el ladrillo. Ahora, a la vista de los hechos, sobran las explicaciones. Las compañías que invirtieron en I+D+i han mejorado en todos sus parámetros empresariales ¡y de forma espectacular! Si dentro de un mismo sector comparamos los resultados de las compañías que dedican parte de su presupuesto a I+D+i con los de aquellas que no lo hacen, en un año las primeras incrementan en un 16% su productividad y en un 18% su capacidad de exportación respecto a las segundas.Esto, y otras cosas, dice la Ministra de Ciencia e Innovación en una entrevista para Muy Interesante. Como otras veces, la ministra parece haberse olvidado de su trayectoria investigadora y de su MBA, y haber sido totalmente abducida por el tejemaneje político donde se ha metido. Sobre todo, por la disociación entre discurso y realidad, tan típico entre aquellos que nos gobiernan (o aspiran a hacerlo). Sí, el I+D representa una gran oportunidad, pero a quien debe contárselo la ministra no es a los lectores de Muy Interesante, sino al Parlamento y al Gobierno, que parece que no se han enterado. Si no, mire a lo que se dedica el Plan E. ¿A potenciar la I+D? Pues me parece que a eso poco, y me huele a que, "a la vista de los hechos", les hacen falta muchas más explicaciones a sus compañeros de viaje.
Y no nos engañemos, el actual tejido empresarial español (PYMES, y las grandes habiendo alcanzado ya su tope de I+D) no va a lanzarse a poblar los parques tecnológicos. Tendrían que crearse de cero, o de las universidades y centros de investigación. Pero no hay un Plan E para esas nuevas empresas de base tecnológica, sino muchos remiendos. Y no, la nueva Ley de la Ciencia no va a suponer ese gran pacto que va a marcar una estrategia de futuro basada en la I+D. Principalmente porque hay que empezar por uno mismo, y a este gobierno (a los anteriores tampoco, pero igual a este menos) no le parece que la I+D sea ni una prioridad ni una meta a alcanzar (a propósito, me han dicho que la Ley de la Ciencia tampoco es una prioridad para el Gobierno).
–¿Desaparecerán entonces los becarios precarios?Esto mejor ni lo comento.
–Ja, ja, ja... Cada vez que me hablan de ellos contesto que tengo a uno de sus promotores como jefe de gabinete.