sábado, 26 de febrero de 2011

Una ministra sin complejos, ni vergüenza

He escrito ya tanto sobre la ministra de Investigación e Innovación que hasta aburre un poquito ponerse un poco al tema. Hace pocos días declaró que pasa olímpicamente de los investigadores (artículo en El Mundo). Debe ser que la gente que hace I+D+i (y f, g, h, ...) en este país no luce tanto en la foto como unas nuevas instalaciones (tan lustrosas como salen, y luego nadie se pregunta quién las va a sacar provecho). Ahora carga de nuevo contra los investigadores (adenda, no sólo no lucen en las fotos, además escriben y critican), en un impagable artículo al que se puede acceder, por ejemplo, en este enlace.

Invito a leer y difundir (por ejemplo, a través de menéame o Facebook) la excelente respuesta de Arturo Quirantes en Amazings, que suscribo hasta la última coma. Yo sigo pensando que la ministra sigue siendo una excelente política y que su carrera irá en progresión. No ha movido un dedo, al menos públicamente, para evitar que los recortes tocasen los fondos de I+D. No ha hecho ni una crítica a la política del gobierno al respecto. Es más, en sus denonados esfuerzos por evitar que lo que depende de ella afecte al gobierno, no le ha importado atacar a los investigadores y cuantas voces críticas se han alzado ante los desmanes de los últimos tiempos. Ante estos, la misma cantinela de presupuestos ascendentes (hasta 2008, claro), sin entrar en que estos no han servido para dar ese empujón tan necesario en número de investigadores, para cambiar el sistema económico o para modernizar el tejido empresarial español.

Yo me siento insultado y traicionado por esta señora, máxima responsable de la gestión de la investigación en este país.

Cómo le gustan los micros y las cámaras, qué gran futuro le aguarda (no como a la I+D nacional, claro).