domingo, 11 de diciembre de 2011

¿Colapso científico?

Esta es otra entrada para protestar contra el sistema. Voy avisando.

Hace una semana participé en mi primera oposición, por una plaza de Científico Titular del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Abreviando, el CSIC es el mayor institución científica español, y agrupa a más de 130 centros de investigación. Este año se han abierto 30 plazas de acceso a este puesto de investigador funcionario, sólo 30. Nos hemos encontrado además con que el perfil (el tipo de especialización que se solicita) era tan amplio, que cada plaza iba a varios centros de investigación. Es decir, el investigador que consiguiese la plaza, elegía centro y el resto se quedaba sin investigador este año.

Pero lo extraordinario del caso es que a cada plaza se han presentado muchos más candidatos que otros años, según me han dicho. En mi caso, fuimos 16, pero en otros casos al parecer superaban la veintena. Esto no parece nada, al lado de otras oposiciones, pero hay que tener en cuenta que a estas plazas se presenta gente con:
  • Título de doctor.
  • Experiencia investigadora relativamente larga (generalizando, de 3 a 10 años desde la obtención del título de doctor).
  • Currículo muy trillado en investigación y, en muchos casos, docencia y otros temas.
Estas oposiciones tienen una primera parte de exposición y defensa del currículo (concurso) y una segunda parte de exposición y defensa de un proyecto de investigación (oposición). Al parecer, es muy usual que la oposición se decida en la primera parte, que vale 20 puntos, con un candidato superando en más de 3 puntos a los demás. Teniendo en cuenta que el segundo ejercicio vale 10 puntos, queda prácticamente decidido. Pues bien, este año se está dando el caso (y ocurrió en la oposición a la que me presenté), que pasamos 4 a la segunda fase dentro de un intervalo de sólo 1 punto, con lo que todo se decidió en la segunda fase (no gané, pero quedé en un honroso tercer puesto).

La moraleja de todo esto es doble:
  • La cosa está muy mala en la investigación española. Hace poco no es que lloviesen las plazas, pero se convocaban bastantes más y los centros de investigación, mal que bien, iban renovando o incrementando su personal investigador titular. Que tantos centros tengan que conformarse con compartir una plaza y que los perfiles sean tan amplios es mala señal. Quiere decir que esos centros merecen la plaza (el CSIC somete a evaluaciones a todo el mundo, y quien demuestra que vale, consigue recursos), pero que no se pueden sacar plazas para todos.
  • Hay mucha inquietud sobre el futuro entre los investigadores. Antes, era usual que se presentasen investigadores sin mucho currículo para adquirir experiencia, pero pocos realmente competían por la plaza. En este caso, gran parte de los candidatos tienen un buen CV, y prácticamente la mitad podrían conseguir la plaza cómodamente en otra situación.
¿Cuáles son las consecuencias? Una conversación recurrente con muchos candidatos era sobre abandonar el país o la investigación. Con los recursos para investigación en descenso y sin que lo que se ha logrado en los últimos años se haya podido afianzar bien, hay un pesimismo latente que puede ser mortal para la investigación española.

Ellos también migran.

La situación no tiene aspecto de que vaya a mejorar. Ni siquiera se sabe lo que va a ser del Ministerio de Ciencia e Innovación. El mayor peligro es la hipocresía que hemos vivido y que seguramente sigamos sufriendo, con nuestros políticos alabando la creación de un nuevo sistema basado en la innovación en vez del sistema especulativo-constructor. Nada más que palabras. Más investigación significa más emprendedores que producen más puestos de trabajo. Desgraciadamente, emprendedor en este país es otra cosa.

Si ya lo decía yo...