martes, 18 de enero de 2011

El engaño antivacunas

Escribo esta entrada impresionado por las últimas noticias sobre Andrew Wakefield. Para quien no esté al día sobre este tema, Wakefield publicó aquel artículo en el que pretendía ligar el autismo con la vacunación. Al poco, las dudas empezaron a surgir (mala metodología, datos sesgados, etc.), y finalmente se retiró el artículo. El daño estaba hecho, y la vacunación de niños (se trataba de la triple vírica, pero los antivacunas lo extendieron a cualquier otra) disminuyó, a la vez que volvían enfermedades ya olvidadas.

Pero lo terrible es que Wakefield no era un mal científico o que hubiese exagerado en su artículo. Parece ser que todo estaba premeditado. Su artículo sobre la relación entre las vacunas y el autismo tenía como objetivo favorecer a una serie de operaciones destinadas a enriquecerle (patentes sobre vacunas, pleitos contra farmacéuticas, etc.). Es decir, mintió a sabiendas y premeditadamente. Y las consecuencias fueron y seguirán siendo gravísimas. Muchos niños sufrirán horribles enfermedades que se creían cosa del pasado, e incluso morirán, porque sus padres asustados no les llevarán a ponerse la triple vírica y otras vacunas.

Para decirlo claramente, lo que ha hecho este individuo es equivalente a la acción de un terrorista colocando una bomba biológica en una guardería. Sólo que es una guardería con cientos de miles de niños.

Recomiendo visitar los blogs de RinzeWind y Javier Armentia, donde hay información mucho más completa:
http://rinzewind.org/archives/2011/01/18/sobre-las-vacunas/
http://javarm.blogalia.com//historias/68678

Y, para acabar, un vídeo de los geniales Penn & Teller, donde queda claro que los padres no son precisamente otras víctimas inocentes: