miércoles, 5 de noviembre de 2008

LCyT: comentarios sobre las Jornadas (2)

El tercer bloque de las Jornadas trató sobre la I+D en las empresas. En este caso, no tengo mucho que comentar a las charlas. No porque no fuesen interesantes, sino porque creo que buena parte de lo que se dijo estaba ya condensado en el blog, y porque todo giró en torno a los mismos puntos fundamentales. Aún no he visto las charlas del cuarto bloque, pero teniendo en cuenta su temática (transferencia de conocimiento y colaboración público-privada), volveré sobre este mismo tema casi seguro.

Buena parte del fundamento de esta ley reside en la necesidad de estimular la I+D privada y de establecer puentes entre lo público y lo privado. Esta es una apuesta importante e imprescindible, aunque en algunos aspectos la nueva ley pueda parecer demasiado "entusiasta" (creo que ha sido sólo una primera impresión, y tras las charlas va quedando en algo más moderado).

En resumidas cuentas, parece que se pretende que la ley favorezca un entorno favorable a las empresas que se atrevan con la I+D. Más incentivos, menos trabas, más internacionalización, mejor comunicación entre la I+D pública y privada, y más oportunidades de generar I+D privada (spin-offs, start-ups, etc.) desde lo público. Todos los ponentes insistieron en que las empresas necesitan estabilidad y seguridad (financiación, reglamentación, convocatorias, etc.) para poder dedicarse a la I+D con ciertas garantías. Una buena coordinación de todos los actores, públicos y privados, es indispensable. Además, se repitió varias veces que se debe reducir la burocracia y aumentar la transparencia, y se mencionó la posibilidad de crear un agente que actuase auditando y evaluando a las empresas.

Fernando Fournon, presidente de Telefónica I+D, puso a los USA de ejemplo, como sistema en el que es compatible crear conocimiento de dominio público financiado por dinero público, pero donde también se patenta mucho. Además, planteó una idea interesante: que un emprendedor puede ser una persona que cree empresas que quiebren, sin que eso sea malo (quiebran porque se aceptan ciertos riesgos, pero la pérdida económica no es grande y el emprendedor vuelve a intentarlo). El identificar a estos emprendedores no parece mala idea, y una cosa que habría que cambiar (¿a través de la LCyT?) es la ley de quiebras.

Me pareció muy interesante la charla de Carmen Vela, de Ingenasa. Habló de procedimientos claros y sencillos para pedir ayudas, de convocatorias con fechas claras (esto suena utópico en estos momentos). Comentó lo interesante que sería en algunas áreas (desarrollo a largo plazo) contar con programas plurianuales, en vez de programas bi o trianuales y evaluados anualmente. Asímismo, apostó por modelos de financiación realistas, como los de la UE: pagos anticipados, subvenciones del 75%, etc.

Acerca de esto último, mencionó cierta reunión, en la que se habían dicho cosas que la habían decepcionado (pensando en la LCyT): subvenciones a posteriori, no mayores al 20%, burocracia... La verdad, parece poco coherente estar desarrollando una ley con la potencialidad de la LCyT y a la vez hacer lo contrario. Poco coherente y muy deprimente.

Y recordó que muchas "novedades" ya existen o existieron, como los programas tipo Torres Quevedo y las tesis mixtas universidad-empresa. El consejo, no reinventar la rueda y aprovechar realmente lo que tenemos. Me hizo recordar cosas de las que ya se hablaron en el segundo bloque cuando comentó que los investigadores de los centros públicos se ven severamente penalizados cuando se lanzan a gestionar una spin-off, ya que no pueden rendir igual en investigación y docencia, y son penalizados en el futuro. O la spin-off no se despega de la universidad, o el investigador debe despedirse de volver al sector público. La solución: evaluaciones realistas donde se consideren y valoren este tipo de actividades.

En mi opinión, si se desarrolla bien esta parte, se podría ayudar realmente a crear ese clima propicio a la I+D privada y a la comunicación público-privado. Sólo hay algo que me inquieta, y es el papel que se da a las Ciencias Sociales y Humanidades, especialmente porque se les asoció al sector turístico. Creo que estas áreas del conocimiento dan mucho más de sí. No pienso que esta mención signifique que se va a marginar a las Ciencias Sociales y a las Humanidades, excepto donde tengan esa función práctica, pero eché de menos un comentario al respecto como el que hizo Flora de Pablo en el segundo bloque, cuando aclaró que la LCyT no era un peligro para la investigación básica. En todo caso, creo que la I+D en Ciencias Sociales y Humanidades puede ir más allá de las empresas de servicios, y espero que haya más imaginación durante el desarrollo de esta parte de la ley.

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